viernes, 7 de octubre de 2011

Vida noble, sangre noble

Mis palabras son nobles y fieles,
las mentiras se despedazan ante mi verdad,
pierden todo sentido
con cada promesa que digo.

Nací de una sangre que no miente,
soy el eterno despertar de la verdad,
quien no traiciona lo que defiende
ni pierde lo que quiere.

Mi cuerpo es la pureza del paladín,
mis ojos son cristales transparentes
ante lo que juré proteger
a través de mi vida.
Tomé la espada de mi alma
y miré su filo con asombro,
sabía que con esto debía defender
a mis fieles promesas.

Cuando defendiéndote me apuñalaron,
mi sangre recorrió el suelo
del mismo color que la de otras personas,
pero sabía que era un líquido puro,
porque mi sangre salía bajo un juramento
del que prometí proteger
aquello que se me fue impuesto.

Nací con un juramento,
desde que nací debía proteger,
y desde que yo pude pensar,
sabía que cadenas de promesas
debía amarrar a mi vida.

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