sábado, 10 de diciembre de 2011

Capítulo 2

Brisas calmas donde no hay pulso,
ojos que miran al cielo buscando nubes,
y sólo ven lo azul del infinito.

-Ojalá hubieras conocido este lugar Eliria...si tan sólo hubieras visto estas olas y escuchado estas melodías, tal vez...-Eric no pudo continuar y una lágrima cayó por sus mejillas, hizo fuerzas en su cara para mantener la calma y no comenzar a llorar.

Sentado se puso a pasar su mano con la arena, mientras pensaba en recuerdos de un día que debería olvidar pero por una razón anhelaba tenerlo siempre en su mente.

El viento estaba más tranquilo y pequeñas olas golpeaban el cielo deslizándose vagamente por la arena, aves cruzaban lentas por el cielo sin prisa alguna por llegar a sus destinos.

Ha pasado una semana desde que Eric vive en la ciudad y desde ese día que ha ido a la playa donde conoció a Ladia.

-Es raro-pensó mirando al mar-. Ella no ha venido desde ese día, y dijo que venía casi siempre, o tal vez venido a otras horas, quisiera preguntarle a qué se refería con "disfrutar mi tiempo", simplemente no lo entiendo.

Se tendió sobre la arena con las manos detrás de la cabeza y se puso a admirar el esplendor del cielo azulado sin nubes, deseando que no terminara el día y que el atardecer no hiciera su aparición nunca.

-La otra semana empiezan las clases y ni sé cómo me irá-se decía a si mismo en susurros-.Ya las idas y vueltas no serán lo mismo,¿cuándo podré superarlo?.

Media hora pasa y se siente el sonido de la arena cuando es pisada, se notaban pasos suaves y Eric se sentó a mirar a la persona que se acercaba creyendo saber de quién se trataba.

-Perdón, ¿te molesté otra vez?-de disculpó la joven con cara de arrepentimiento.
-Claro que no, además digamos que soy un invitado ya que tú vienes siempre acá, jeje.
-¿Cómo has estado?-le preguntó con una sonrisa.
-Bien, eh venido aquí todos estos días a contemplar la maravilla de este lugar, y tú, ¿cómo has estado?.
-Yo igual eh estado bien, aunque lamentablemente no eh podido venir desde ese día que nos conocimos, estuve algo ocupada, ¿puedo sentarme?.
-Claro, aunque yo pensé que como no te veía, venías a otras horas más tempranas o tardes.
-Bueno...en realidad normalmente cuando vengo, estoy el día completo, desde la mañana bien temprano hasta la noche, adoro este lugar-comentó mirando la arena con cariño.
-Ah, acabo de acordarme de algo, la otra vez te despediste diciéndome "disfruta tu tiempo", ¿a qué te referías?, es que no es algo que alguien diga comunmente, es sólo curiosidad.

En ese momento una ola llegó con más fuerza a la orilla y de no ser porque Ladia se corriera un poco hacia atrás hasta llegar a la altura de Eric, se habría mojado su falda aquamarina.

-Por poco, ah cierto, tu pregunta, pues...no sé realmente, simplemente creo que lo dije como sinónimo de "espero que tu mudanza en la ciudad sea totalmente exitosa"o algo por el estilo-respondió con dudosa por sus propias palabras.
-Ahora entiendo jajaja, pude haberlo relacionado, por cierto podrías ayudarme con algo, ¿tú vas al colegio verdad?.
-Sí, tengo dieciseis años,¿tengo cara de alguien mayor?-preguntó acercándose a la cara de Eric y mirando con fijeza sus ojos verdes.
-Nunca dije eso-respondió enseguida con nervios-. Sólo era para así preguntarte si sabes dónde está el liceo "Vandrelt",aunque un nombre raro para un colegio.
-Yo estudio ahí, y pienso lo mismo que tú, pero simplemente es porque pertenece a la familia Vandrelt, incluso una de las hijas del Señor Vandrelt estudia ahí, pero bueno, es más raro aún que no sepas dónde esté, ¿acaso no te fuiste a matricular allá?.
-Pues...es que mi madre vino antes a la ciudad cuando firmó los papeles de la nueva casa, y de paso me matriculó.
-Ahh, bueno, Vandrelt está cerca de la plaza, caminando hacia el pequeño parque ecológico, ¿me sigues?.
-Sí, ahhh...así que esé es el colegio Vandrelt, jajaja, no lo había notado hasta ahora que lo mencionas.

Entonces un mensaje llega al celular de Eric y éste con un suspiro guardó nuevamente el celular y se puso de pie.

-Tengo que irme, mi madre quiere que la acompañe al centro, qué bueno verte otra vez Ladia, nos veremos en el liceo entonces ¿verdad?.
-Tal vez, ¿y tú aún vas al colegio?-le dijo con una sonrisa.
-Claro, tengo dieciseis, aunque en unos cuantos meses cumplo los diecisiete, ¿acaso me viste cara de viejo?.

Ambos se rieron y Ladia se levantó para despedir con la mano a Eric, quien le dijo que se cuide.



En la noche Eric acostado se puso a mirar hacia el techo mientras la luna iluminaba su habitación.

-Te extraño tanto Eliria, empezar el colegio y no verte, ni volverme del colegio contigo, y ahora que no conozcas ese lugar tan hermoso al que llegué por casualidad...

Unas lágrimas brotaron de su cara y al poco rato se quedó dormido tranquilamente.

-No lloraré...hermana-susurró entre suspiros.



La luna iluminaba vagamente la playa y Ladia desperto en la arena, frotándose los ojos se sentó a ver el mar.

-¿Cuánto rato me quedé dormida?, creo que pasó una hora desde que me despedí de él y caí en el sueño, creo que debería irme, de seguro mi hermana y mi madre están preocupadísimas-pensó con preocupación la muchacha, entonces por un rato pensando en algo se puso a susurrar-. Este lugar sin flujo ni pulso, ¿cuánto faltará para que ocurra aquello?...tengo miedo de que amanezca cada día...

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