viernes, 16 de diciembre de 2011

Capítulo 4.

Sonrisas con pulso
y alegrías con flujo,
la joven camina por nuevas sendas...

-Buenos días Eric-saludó amistosamente Nina.
-Hola Eric-con una sonrisa Ladia.
-Perdón por la tardanza-mientras se ponía una mano al cuello y una cara avergonzada.

Caminaron un buen rato sin que Ladia dijera palabra alguna, hasta que Eric le preguntó si le sucedía algo.

-Estoy bien, estoy algo pensativa, eso es todo-contestó con una sonrisa.

Ladia siguió el resto del camino mirando hacia abajo mientras su maletín chocaba contra sus piernas, mientras Eric y Nina hablaban con risas. Al llegar a la sala de la joven, se despidieron y ambos fueron a su clase.

-¿De verdad se encuentra bien tu hermana?-preguntó con cierta preocupación el muchacho.
-Hay veces que se pone pensativa y pareciera que le sucede algo malo, pero es normal, así que no te preocupes, ya habrán otros días en que hable más-contestó con una sonrisa algo esforzada, mientras que su interior pensaba algo más-. Hermana...¿por qué no dejas que los lazos lleguen a ti?, no dejes que tus pasos sean en vano...vive.



Ladia dejó su maletín en la arena al lado suyo mientras acomodaba su falda escolar gris para sentarse cómodamente, miraba con ternura el mar mientras posaba sus manos sobre sus piernas.

-¿Acaso mi hermana tendrá razón?, pero a la vez pienso que no puedo conocer a nadie más. aún así...¿acaso se pueda cambiar algo?, sin flujo ni pulso...eh venido tanto aquí y te veo tan hermoso como siempre, pero tan deteriorado en mis sentimientos, ¿qué debería hacer?...es que yo...simplemente...-unas lágrimas cayeron por sus ojos y la sorpresa llegó a su cara-.¿Hace cuánto no lloraba?-pensó-.Siempre eh tenido miedo de eso, pero no había llorado hace tanto, ¿acaso es que quiero que algo cambie?

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Eric que la saludó cuando se hubo sentado junto a ella.

-¿Viniste a pensar?
-Admiro la belleza del lugar-rectificó ella con una sonrisa.
-Qué bueno que te encuentro, hay algo que quiero preguntarte...no sé si me equivoco pero, ¿anduviste así en la mañana porque te molestó la idea de que las acompañara al liceo?.
-Claro que no-contestó ella muy sorprendida-.Ya te dije que estaba pensando.
-Sólo era una duda, perdona si malinterpreté.
-No sucede nada, cualquiera podría pensar lo mismo, bueno, me tengo que ir a casa, cuídate mucho.

Se levanto y lo despidió con su mano. De tanto caminar llegó a su casa al anochecer y su hermana la saludó preocupada.

-Perdona, no quise preocuparte hermana.
-Me diste un poco de susto aunque estaba segura en todo caso que te habías quedado allá.

Luego que Nina llevara la comida a su madre a la habitación, volvió para sentarse a comer con Ladia.

-Supe que la hija de los Vandrelt quedó en tu curso.
-Ah sí, me había olvidado contarte, aunque no hay mucho, es callada y tranquila, habla poco con el resto, casi lo necesario-comentó extrañada.
-¿Le has intentado hablar?.
-Tú sabes que...
-Cierto, perdona...ahh, a todo esto, tengo que contarte algo, este viernes después de clases iremos a almorzar con Eric al centro, ¿te parece?.
-¿Por qué...?-susurró ella con molestia, aún así la escuchó su hermana.
-Eric es la única persona que conoces...
-Sabes bien que yo no puedo tener amistad con nadie.
-Has ido al colegio desde pequeña para hacer amigos, los tenías, cuando creciste y mamá nos contó lo que pasaría contigo, cambiaste...dejaste de hablar con todos y te alejas de mí a veces, siempre...¡siempre lo mismo!-exclamó.

Ladia se levantó enojada.

-Dime...¿qué saco con tener amigos?, dime qué pasará con ellos después.
-¡Les darás la oportunidad de que te conozcan y te mantengan en sus recuerdos como una hermosa amiga y tú te quedarás en mí como la mejor hermana!-gritó ella levantándose igual de la mesa.
-Un recuerdo de llanto y amargura querrás decir.

Y con esto se fue sin dejar hablar a su hermana y negándole otra palabra.

Ladia no podía dormir pensando en las palabras de su hermana, se movía de un lado a otro en la cama sin poder siquiera sentirse cansada.

-Es primera vez que me dice eso, tanto tiempo y es la primera vez que me grita por el tema-pensó con un suspiro.

Mientras, Nina apagó su lámpara y miró el cielo a travéz de su ventana acostada.

-Por fin conoces a alguien más y que le simpatizas, es una oportunidad para que entiendas lo que te quiero decir hermana, no puedo darme por vencida-susurró cerrando finalmente sus ojos.

Esa noche Nina soño que a su hermana la sostenía en brazos y veía que sus ojos se cerraban lentamente con unas cuantas lágrimas, mientras ella lloraba a gritos.

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